jueves, 11 de diciembre de 2008

TAREA 12

Un muchacho de Creta, había recibido el regalo de una cría de dragóna la que cuidaba con mucho cariño. Era muy tierna, tenía las duras escamas de colores rojizos y granates, sus ojos eran de un color amarillo chillón, y las alas las tenía muy poco desarrolladas, su cola acababa en un afilado pico.Cuando la cria fué mayor los habitantes de la ciudad obligaron al muchacho llevarse al dragón al desierto.
-Lo siento mozo, pero tu mascota ha dejado de ser inofensiva, nos atca continuamente.
- No, no, son accidentes..
-¿Accidentes? Por favor, que mató a mi perro y se lo comió, ademas no lo tiens ni amaestrado ni nada, cuando sobre vuela la ciudad y se le apetece defecar, lo hace, ¿Qué es lo que tenia el coche de Juanjo encima? ¿Mermelada de castaña? Lo dudo.
- Si chico, te lo tienes que lelvar de aquí- dijo un vecino.
-Pero estos problemas los tendrá en todos los sitios, ¿Dónde me lo llevo?- dijo el mozo.
-Pues.. al desierto, ahí no molestará a nadie.
El muchacho lo hizo así, llorando amargamente.Años más tarde, este joven, que ya era un hombre, regresando de cazar, fue atacado por unos ladrones y gritó pidiendo auxilio. El dragón, que estaba cerca, reconoció la voz de su protector y acudió en su socorro, librándolo del peligro. Y así le dio muestra de su gratitud.

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